Despues de cocinar la cazuela de gallina de campo con soplillo, llevamos a la Sra Edita a su casa, nos fuimos por unos intrincados caminos de tierra rodeados de naturaleza, acompañados de ese bendito sonido del campo, que es una especie de serenidad donde uno escucha como convesan los pájaros, los bichos, las aves, las plantas, todo un mundo ajeno a la ciudad.
Al llegar finalmente a la casa de la Sra. Edita nos quedamos embobados con sus porotos verdes, que son enormes, como las habichuelas mágicas.
Queremos mostrarles algunas imagenes de su casa y que son parte del Documental.
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